Me llamo Pablo, tengo parálisis espástica-distónica. Allá por
el año 2004, cuando yo tenía 35 años, una amiga y compañera de trabajo que era
bailarina, me propuso hacer “contact”. Ella estaba formada en la escuela de Alessi.
Entonces empecé por ese lado. Así comenzó mi formación como bailarín. Yo nunca
había pensado que podía bailar; bailar bailaba, pero nunca lo había considerado
como un arte al que me podía dedicar. Mi familia, si bien no influyó demasiado
en mi decisión de bailar, me acompañó, como me acompañó siempre.
En Noviembre de 2004, se realiza en Mar del Plata el “Primer
Encuentro Provincial Artístico por una Cultura Participativa y de Integración”
a cargo del Instituto Cultural del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
Allí había varios talleres, junto con mi compañera, elegimos un taller de Danzaterapia a cargo de
María José Vexenat. Ella por su forma, carácter, calidez y su formación nos
impactó. Y yo, en lo personal, pude entablar una relación de amistad que aún
perdura. Lo que recuerdo, de aquella primera experiencia con la Danzaterapia, como
una imagen que me marcó es el mar, el “movimiento” del mar con el que
trabajamos, tal vez sea porque yo vengo de la llanura que está siempre,
aparentemente quieta, sólo aparentemente… porque cuando el viento sopla todo es
un movimiento. El movimiento comienza cuando se siembra una semilla y esa
semilla empieza a crecer y se convierte en árbol, que es movido por el
viento…todo eso se trabaja en Danzaterapia. La semilla es un punto, el árbol
está formado por líneas que a su vez están formadas por varios puntos… somos
seres en movimiento.
A partir de esta experiencia mi formación se dividió. Por un
lado seguía haciendo DanceAbility, y paralelamente, comencé con la
Danzaterapia. Yo creo que las dos escuelas se complementan. Danceability está más ligado a lo lúdico. La
Danzaterapia es más método. A ver, también está lo lúdico en juego pero también
está en juego la sensación, la tensión entre los compañeros, estar juntos pero
no tocarse, eso te ayuda a controlar tus movimientos dentro de lo posible. Y
además, lo que a mí me sirvió es que me marquen lo que es un punto o una línea o trabajar con elementos por
ejemplo. Pero creo que aunque yo no logre totalmente hacer el punto o la línea,
o se me complique la utilización de los distintos elementos, lo importante es
que lo voy intentando y en ese intentar
voy mejorando. Mi cuerpo, atravesado por la discapacidad, encontró en la
Danzaterapia, no una terapia en el sentido tradicional del término sino una
forma, una manera de expresar lo que siento. Haciendo un paralelo cuando tuve mi
primera computadora adaptada pude empezar a poner en palabras lo que sentía,
con la Danzaterapia pude poner en movimiento lo que siento.
Actualmente yo estoy haciendo otra cosa que tiene poco que
ver con estas dos escuelas, formé un grupo, Carnabailando, con el cual armamos
coreografías y hacemos presentaciones, igual le voy metiendo cosas de las dos
escuelas. Digo, aparece mi formación tanto como la de mis compañeras (que
vienen de otro lugar)… el cuerpo tiene memoria, y las cosas van surgiendo en el
momento del danzar.
La Danza me ayudó mucho en varios aspectos: en lo físico
poder lograr algunas leves, pero importantes,
mejorías. En lo social la danza me fue poniendo en un lugar como más
visible. Yo nunca fui invisible, pero bueno…la danza me puso en otro plano. Me
ayudó hasta en el plano afectivo, por qué digo esto? porque mi pareja también
se ha dedicado a esta disciplina, si bien no nos conocimos en este espacio (el
de la danza), tenemos esta pasión en común.
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