jueves, 14 de julio de 2016

Sobre moral y otras hierbas

Creo que esto no va a caer bien en alguna gente, en otra sí… espero, como todo lo que escribo. A ver, ustedes los que me siguen conocen mi historia. Saben que estuve en pareja varias veces, la última vez fue muy importante y muy linda pero se acabó. A mí, como a todo rengo, me cuesta conseguir alguien con quien pasar un rato agradable. Estoy hablando del placer sexual claramente. Digo, no cualquier trabajadora sexual quiere trabajar con alguien como yo. Es decir, las putas también discriminan, como todo el mundo. Entonces quedaba un lugar vacío, para nosotros era pareja estable o castidad, pero no castidad por elección, castidad porque no quedaba otra. Hace algún tiempo, empezamos a escuchar hablar de una figura. La figura era la de “Asistente Sexual”. El tema era que se escuchaba hablar mucho pero a la hora de ir a buscar no había nadie. Entonces llegó ella, después llegaron algunas otras… digo llegaron a ocupar ese espacio. Hoy en la Argentina tenemos el servicio de “Asistencia Sexual”, todavía muy acotado, pero está. Alguno me va a correr por el lado de la moral. Bueno, les aclaro: son todas mayores de edad, y totalmente libres. O sea no estamos hablando de trata o cosas que se le parezcan. Estamos hablando de dos personas adultas que negocian, acuerdan, pactan y actúan en consecuencia.

Pero quería hablar un poco de ella, lo justo y necesario. Ella es “chiquita” pero “maciza”. Es muy creativa, se adapta a lo que hay. Es muy inteligente, o sea además se puede hablar. Porque de eso se trata, no sólo de sexo, aunque sea lo que nos reúne, se trata de estar con alguien que no te tiene lástima, que te trata bien, que te hace compañía.


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